3 de marzo de 2023
Coordinadora Alicante Limpia (CAL)
Los pasados días 21, 22 y 23 de febrero, se celebraron el ciclo «La ciudad dual», organizado por la Sede universitaria Ciudad de Alicante. La CAL fue invitada a participar en la segunda jornada, que llevó por título «La calidad del espacio público: ruidos y limpieza».
La ponencia de la CAL llevó por título «Y después de limpiar… ¿Qué hacemos con los residuos?, cuya presentación se puede descargar aquí, y cuyo texto íntegro se expone a continuación:
Y después de limpiar… ¿Qué hacemos con los residuos?
Buenas tardes y muchas gracias a los directores de la Sede de la ciudad de la Universidad de Alicante y a vosotros por el interés que mostráis por esta mesa de debate estando aquí.
Lo cierto es que en la CAL sí sabíamos que había interés por la limpieza por la magnífica respuesta que la ciudadanía alicantina ha dado a la encuesta de percepción de la limpieza, cuyos resultados acabamos de publicar, y señalan que el 84,5% de la ciudadanía considera que Alicante está sucia o muy sucia, lo que resulta inaceptable.
Hoy vamos a dar un paso más, pues por importante que sea la limpieza, que sin duda lo es, de mayor importancia resulta lo que se hace con la basura; es decir, cómo se gestionan los residuos que se recogen en las calles y de los contenedores.
Cuando hablamos de residuos (papel, vidrio, envases, pilas, etc.) hay un residuo que se nos olvida siempre y es el más importante: el biorresiduo, es decir, los restos de comida, peladuras, restos de poda, los restos que generamos cuando arreglamos nuestras plantas. Hay que tener en cuenta que más del 42% de los residuos que generamos en una ciudad o pueblo son biorresiduos.
Por este dato, es de máxima importancia hablar de red HORECA, es decir el conjunto de establecimientos de hostelería: HOteles, REstaurantes y CAfeterías.
¿Por qué es esencial hablar de estos negocios? Pues porque, con diferencia, generan más cantidad de biorresiduos que ningún otro negocio, familia o comunidad.
Para que os hagáis una idea: una familia media de 2 o 3 personas genera aproximadamente 215 kg de biorresiduos al año, mientras que los establecimientos de la red HORECA generan 8.000 kilos (8 toneladas) y porque, lógicamente, también la ley también les obliga a la separación en origen antes del 30 de junio de 2022. Por eso no solo el quinto contenedor (que recoge solo materia orgánica) sino también los puntos de compostaje —una apuesta novedosa y premonitoria del gobierno tripartito de esta ciudad hace 7 años para la separación de los residuos orgánicos— son esenciales por la labor de concienciación que generan en el vecindario, elemento esencial si queremos revertir los efectos del cambio climático.
Una buena gestión de los biorresiduos permitiría tener abono (compost) de calidad ¡y gratis! para toda la huerta alicantina…
Ante estas ventajas, nos preguntamos ¿Por qué no se ha implantado la red HORECA como señala la legislación en Alicante?
Bueno, parece ser que no les resultaba cómodo y en lugar de que el Ayuntamiento se sentara a trabajar junto a los representantes de la hostelería para buscar soluciones aceptables de cara a evitar el colapso del vertedero, en el que estamos ahora, el Partido Popular en el gobierno anterior, también presidido por Luís Barcala, decidió repartir esos contenedores por los barrios sin explicar tampoco a la vecindad cómo debían de proceder.
Resultado: un fracaso absoluto, dinero tirado tanto en la compra como en su mantenimiento, pues la gestión de estos contenedores supone un buen dinero al año.
A este respecto en la CAL solo sentimos tristeza, impotencia e indignación por el desprecio más absoluto del equipo de gobierno del Sr. Barcala y del máximo responsable de la gestión de los residuos, el concejal Manuel Villar, a un tratamiento correcto de los biorresiduos y a impedir, por su grave inacción, el fomento de su recogida separada; un desprecio que también se extiende al esfuerzo económico y de concienciación invertido en la puesta en marcha de la recogida de los biorresiduos hace 7 años.
Hoy, la legislación da la razón a aquella iniciativa premonitoria, pues la ley 7/22 señala que la recogida separada de biorresiduos es obligatoria. Es más, debe realizarse antes del 30 de junio de 2022 en las entidades locales de más de 5 mil habitantes y antes del 31 de diciembre de 2023 para el resto.
Pero es que, además de separar los biorresiduos, estos no pueden tener más de un 20% de impropios es decir, que en los residuos orgánicos no pueden aparecer más del 20% de otros residuos, (como envases de plástico o pilas) y eso ¡desde el año pasado! (en 2027 solo se permitirá un máximo del 15%), y la ley dispone que estos porcentajes pueden rebajarse.
Además, en 2025 será obligatorio por ley valorizar el 55% de los residuos municipales, incluidos los biorresiduos, es decir, preparar para la reutilización y el reciclado; el 60% en 2025 y el 65% en 2035.
En este mismo instante llevamos incumpliendo la ley 7 meses y 22 días, y así seguiremos… porque no pensará el Sr. Villar que, con un único 5º contenedor en todo el barrio de El Pla, con una población de alrededor de 13.500 habitantes, y sin información de ningún tipo, tiene solucionada la recogida separada de residuos orgánicos.
¿Alguien me puede decir cómo se van a conseguir estos objetivos con un sistema de recogida mediante grandes contenedores?
Con esta política municipal solo podemos hacer una cosa y es averiguar cuánto afectará a nuestros bolsillos las multas que nos van a llover desde Europa, desde el Gobierno central y desde la Generalitat porque, salvo que se falseen los datos, con el sistema de recogida actual mediante contenedores en la calle, es imposible obtener los resultados que exige la ley por la única y sencilla razón de que es incontrolable saber lo que cada persona introduce en cada contenedor. Por cierto, un sistema de grandes contenedores que no solo se mantiene en el plan local de residuos sino que se magnifica.
De hecho, uno de los defectos más graves del plan local es que, en su redacción, no se han tenido en cuenta los datos reales de la planta de gestión de los residuos ni tampoco se ha incluido —y no ha sido un lapsus— la proporción de impropios en los diferentes tipos de materiales que se recogen. Por todos estos motivos, la CAL ha denunciado ante el Comité de peticiones del Parlamento Europeo el plan local de residuos local de Alicante.
En Alicante las cantidades de biorresiduos recogidos en el 5º contenedor son ridículamente bajas (menos de 300 toneladas al año) y no existen datos que justifiquen ni cuantitativa ni cualitativamente —tal y como exige la legislación vigente— la elección que ha hecho el Ayuntamiento de aumentar extraordinariamente el número de contenedores.
Aquí tenéis los planos (Véase la presentación en PowerPoint) dónde se situarán los contenedores que plantea el plan local. Ahora tenéis que hacer un esfuerzo imaginativo de superposición de esos mapas.
Los puntos rojos indican contenedores grises (lo que no va ni al rosa ni al amarillo ni al azul ni al punto limpio); los puntos rosas señalan los contenedores marrones (biorresiduos); amarillo envases ligeros y los puntos azules indican los contenedores de papel y cartón.
A esto tenemos que sumar los contenedores de vidrio, ropa y aceite usado. Veréis que no quedará un solo espacio ni para andar ni para aparcar.
No hace falta ser Einstein para saber que, si se multiplica el número de contenedores, multiplicaremos los problemas que generan:
*minivertederos alrededor de los contenedores;
*imposibilidad de controlar los impropios que se vierten al contenedor;
*inviabilidad de aplicar la ley que especifica que se han de establecer medidas económicas para aplicar la máxima de que «quien contamina, paga». Es decir, cuando más separemos, más barato nos saldrá el pago de la tasa de basuras.
Implementar este sistema de recogida mediante grandes contenedores en cantidad desorbitada supone una tremenda irresponsabilidad por parte de un equipo de un gobierno que dice pero no hace. Recordemos que, en 2019, el Sr. Barcala firmó la declaración de emergencia climática (a instancias de Compromís) y nos gustaría saber qué acciones al respecto se han llevado a cabo, además de talar árboles, porque no nos consta que se haya tomado ni una sola medida al respecto encaminada a paliar la situación.
Hay múltiples soluciones que no implican la recogida mediante grandes contenedores, un motivo de rechazo de los locales pequeños que no generan mucha cantidad de residuos y que un contenedor grande les molesta en la puerta.
En la foto vemos un local muy pequeño en Siena (Italia) que tiene un pequeño contenedor que se vacía y en su lugar se repone con otro limpio, evitando así la degradación del espacio.
Recordemos que el sistema de recogida de residuos es una de las principales fuentes de suciedad de nuestra ciudad. ¿Por qué, entonces se usan grandes contenedores que generan grandes islas de suciedad?
Porque le resulta más rentable a la contrata, una contrata que nos cuesta casi 40 millones de euros al año (contrato de 38 + IVA + limpiezas especiales) para obtener el título de ser la segunda ciudad más sucia de España.
Hay que exigir una auditoria para ver cómo se ha gestionado esta ingente cantidad de millones pues, en 12 años de contrato, de nuestros bolsillos ha salido la friolera de alrededor de 500 millones de euros, una cifra que supera el PIB de 9 países. Países pobres, cierto, pero es que Alicante es una pequeña ciudad (201,3 km2) de una pequeña provincia (5.816 km2) que ocupa el puesto 41 en tamaño de las 50 provincias españolas.
Cumplir con la legislación que señala que es obligatorio la implantación de una recogida puerta a puerta, sin descartar algunos sistemas alternativos para determinadas zonas de la ciudad como zonas peatonales o las partidas rurales en el caso de Alicante, pero siempre considerando los objetivos de separación que hay que lograr.
El sistema puerta a puerta no es un capricho, sino que se ha demostrado el más capaz para cumplir los objetivos de separación de calidad (sin impropios) de forma que los materiales que lleguen a las plantas para su valorización tengan la calidad suficiente para preparar los materiales para su reciclado o reutilización.
Ante esta situación solo nos queda lamentar nuevamente que este sistema de recogida puerta a puerta no solo no se ha implantado sino que ni siquiera se ha diseñado, y recordemos que se tarda una media de dos años en implantarlo, pues implica una concienciación ciudadana exhaustiva, implementar los medios humanos y materiales necesarios y un ingente esfuerzo para su supervisión de forma que las revisiones constantes lo mejoren y adecúen a las necesidades, como ya hemos visto en grandes núcleos como Pamplona o localidades de la provincia de Barcelona.
Para terminar, la CAL quiere aportar posibles soluciones que son:
- Cumplir la legislación vigente, pues es garante de mejora medioambiental.
- Educar, concienciar, vigilar y, como último recurso, multar a la población para evitar la degradación que padecemos.
- Implantar un sistema de recogida que se adecue a los objetivos que hay que cumplir (puerta a puerta, quita y pon…).
- Estudiar, pensar y contactar con otras ciudades y municipios que ya tienen sistemas de recogida que dan resultados (p.e., Pamplona).
- Establecer un sistema recaudatorio que beneficie a quién menos contamina.
- Analizar, antes de votar, qué va a hacer ese partido que tiene vuestras simpatías. ¿Va a continuar sin hacer nada o por el contrario va a implementar soluciones acordes a la ley para paliar la situación de degradación medioambiental que vivimos en Alicante?
Muchas gracias.
La ciudad dual ciclo completo de conferencias